Crianza sin gritos: Estrategias para educar con amor y firmeza

 

Imagina este escenario: tu hijo hace una pataleta en el supermercado, se niega a bañarse o rompe un jarrón… y tú, agotado, sientes que los gritos son tu única herramienta. Calma, no estás solo. Criar sin gritos no es ser “padre perfecto”, sino aprender estrategias que funcionan. Y lo mejor: la ciencia respalda que educar con amor y firmeza es más efectivo que los gritos, que suelen aumentar la ansiedad y rebeldía en los niños (Wang & Kenny, 2013). En este blog, te daremos herramientas prácticas para lograrlo, incluso en los días más difíciles. 

 

  1. Calma para ti: ¡No es egoísmo, es necesidad!

¿Por qué gritamos? Los gritos suelen surgir del estrés o la frustración.  Cuando estamos alterados, el cerebro emocional (amígdala) domina sobre el racional, dificultando el control de impulsos y bloqueando la paciencia (Goleman, 1995).  

 

¿Cómo hacerlo?   

  • Pausa y respira: Antes de reaccionar, respira como si apagaras una vela, inhala por la nariz (contando hasta 4) y exhala por la boca (como si soplaras una vela imaginaria). Repite 3 veces. Esto baja el estrés al instante (Perciavalle et al., 2017).
  • Frases salvavidas: Di en voz baja frases como “Estoy en control”, “Esto pasará”, “Soy su guía, no su enemigo”, esto te ayudará a recuperar la calma (APA, 2023).   

 

  1. Conectar antes de corregir: el secreto para que te escuchen

La American Psychological Association (2023) destaca que la comunicación respetuosa fomenta la cooperación, ya que los niños imitan el comportamiento de sus cuidadores. Los niños cooperan más cuando se sienten entendidos. Validar emociones reduce berrinches y crea confianza (Siegel & Bryson, 2012). Por ejemplo, si tu hija se niega a guardar sus juguetes, prueba esto: 

Paso 1: Ponte a su altura (agáchate o siéntate).   

Paso 2: Válida su emoción usa frases en primera persona como “Veo que prefieres seguir jugando, ¿verdad?”.   

Paso 3: Explica el límite con firmeza amorosa “Entiendo, pero ahora es hora de guardarlos. ¿Quieres hacerlo cantando una canción o rápido como un superhéroe?”.   

 

  1. Límites claros con empatía

La firmeza no requiere gritos. Según la teoría del apego (Bowlby, 1969), los límites consistentes brindan seguridad ya que los niños aceptan mejor los límites cuando entienden su propósito.   

¿Cómo aplicarlo? 

Ejemplo: Tu hijo no quiere hacer tareas. En lugar de gritar prueba: 

  • Explicar el “por qué”: “Recogemos los juguetes para que nadie se caiga”.   
  • Ofrecer opciones: “¿Prefieres bañarte ahora o después de cenar?”. Esto empodera al niño (Kohn, 2005).   

 

  1. Consecuencias vs. Castigos ¿Qué enseña más?

 Las consecuencias lógicas fomentan la responsabilidad. Según un estudio de Larzelere et al. (2017), resultan más efectivas que los castigos. Para entender mejor las consecuencias y castigos imaginemos qué tu hijo no recoge sus juguetes a pesar de decirle constantemente, tú puedes realizar alguna de las siguientes opciones: 

  • Castigo tradicional: “¡Por portarte mal, te quedaste sin televisión!”.   
  • Consecuencia lógica: “Si no recoges los legos, no podrás jugar mañana”.   

La diferencia entre el castigo y las consecuencias es que estas últimas están ligadas a la acción y enseñan responsabilidad (Larzelere et al., 2017).   

Tips para aplicarlas:   

  • Sé firme pero calmado.   
  • Avisa con anticipación: “Si no te pones el pijama en 5 minutos, no habrá cuento antes de dormir”. 

 

  1. Refuerza lo bueno: Celebrar los avances

¿Te has fijado que a veces solo corregimos lo negativo? La ciencia dice que destacar lo positivo motiva más (Skinner, 1953). 

Práctica: 

  • Enfócate en lo que sí hace bien: “¡Gracias por hablar tranquilo!”.   
  • Usa recompensas simples: Un abrazo o un “choca esos cinco”  

Ejemplo 

  • ¡Me encanta cuando compartes tus juguetes con tu hermana!”.   
  • “Gracias por hablar sin gritar, eso me ayuda mucho”.   

 

  1. Autocuidado: Padres descansados = Menos gritos

El estrés en padres aumenta el riesgo de usar gritos (APA, 2023). Recuerda que el autocuidado no es un lujo, es prioridad, por eso la Universidad de Harvard (2020) recomienda:   

  • Rutinas de autocuidado: 20 minutos diarios de ejercicio, meditación, de lectura o de hobbies.    
  • Redes de apoyo: Buscar ayuda profesional, a un familiar, vecino o grupo de padres.   

Criar sin gritos no es una meta, es un camino. Habrá días buenos y otros no tanto. Lo importante es practicar, no perfeccionar. Cada vez que respiras antes de gritar, cada límite puesto con amor, estás construyendo un vínculo fuerte y un futuro adulto emocionalmente sano.   

Recuerda: 

  • No estás solo: Busca apoyo en otros padres o profesionales.   
  • Celebra tus esfuerzos: Hoy leíste este blog, ¡eso ya es un gran paso!

 

 Realizado por:

  1. Diana Carolina Bernal Bernal
  2. María José Del Toro Nigrinis
  3. Nicole Dayanna González Clavijo

 

Supervisor: Sandra Rocío Lezama Meneses

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Referencias:
  1. American Psychological Association (APA). (2023). Stress and parenting. https://www.apa.org/topics/parenting/stress

  2. Bowlby, J.(1969). Attachment and Loss: Vol. 1. Attachment. Basic Books.

  3. Goleman, D. (1995). Emotional Intelligence: Why It Can Matter More Than IQ. Bantam Books.

  4. Harvard University. (2020). Parental self-care: Strategies for reducing stress. Center on the Developing Child. https://developingchild.harvard.edu/example  

  5. Kohn, A. (2005). Unconditional Parenting: Moving from Rewards and Punishments to Love and Reason. Atria Books.   

  6. Larzelere, R. E. (2017). Children and parents deserve better parental discipline research: Critiquing the evidence for exclusively “positive” parenting. Marriage & Family Review, 53 (1), 24-35. https://doi.org/10.1080/01494929.2016.1145613  

  7. Perciavalle, V. (2017). The role of deep breathing on stress. Neurological Sciences, 38, 451-458. https://doi.org/10.1007/s10072-016-2790-8  

  8. Siegel, D. J., & Bryson, T. P. (2012). The Whole-Brain Child: 12 Revolutionary Strategies to Nurture Your Child’s Developing Mind. Delacorte Press. Skinner, B. F.** (1953). *Science and Human Behavior*. Macmillan.

  9. Wang, M. T., & Kenny, S. (2014). Longitudinal links between fathers’ and mothers’ harsh verbal discipline and adolescents’ conduct problems. Child Development, 85 (3), 908-923. https://doi.org/10.1111/cdev.12143  

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